Esta semana nos hemos informado sobre la importancia de los padres y madres en el contexto deportivo de sus hijos/as. Os dejamos redactados los aspectos que nos han parecido más interesantes del trabajo de “Educación del ocio a través de actividades físico-deportivas” del DR. Ricardo de la Vega Marcos y del artículo de www.psicologíaymente.com
El ejercicio físico es importante en todas las edades, y es en la infancia en la etapa en la que con más fuerza hace hincapié.
A través del deporte, aprendemos a trabajar como parte de un equipo, a desarrollar valores sociales con otros/as niños/as y adultos ampliando el número de relaciones personales, a manejarnos entre el éxito y el fracaso y a respetar a los demás desarrollando una autoimagen positiva y adquiriendo una valoración objetiva por un estilo de vida activo.
La práctica de la gimnasia rítmica supone compromiso y dedicación de los padres y madres que se convierten en el principal medio de transporte para acudir a entrenamientos y competiciones, ayudan a la recuperación física y psicológica en las lesiones y fomentan hábitos de vida saludables. La realización de uno o varios deportes en cada miembro de la familia genera un gasto económico y una organización familiar que va más allá de lo deportivo.
El papel que los padres y madres deciden tomar en el deporte de sus hijos e hijas es fundamental para su posterior desarrollo en el mismo, por eso es importante evaluar y valorar la implicación de los/las gimnastas. Dependiendo de las necesidades que demande, los padres y madres deben de adaptar su estimulación en mayor o menor medida y hacia una u otra dirección para evitar situaciones de riesgo como el “burnout” o “deportista quemado”, lesiones o abandonando la práctica deportiva.
Igualmente, el rol de padre o madre no debe mezclarse con el entrenador/a, ya que esto provocaría un conflicto intercontextual que afectaría en diferentes aspectos a la vida del deportista. La coherencia y cooperación entre padre/madre-entrenador/a deben ser la piedra angular en la relación de ambos por el propio bien del gimnasta.
La implicación de que los padres y madres puedan dedicar a sus hijos/as en el deporte debe fomentar la práctica del mismo y contribuir al buen funcionamiento psicológico del deportista convirtiendo el deporte en un lazo en común que proponga nuevas metas y aficiones conjuntas, que respete la autonomía del niño/a y que consiga progresivamente el desarrollo integral de/ de la gimnasta a través de una unión paterno/materna filial estable y duradera.
¿Qué se espera de los padres/madres en el deporte?
- Animar a su hijo/a a practicar deporte como parte de un estilo de vida activo. Sin presiones, dejando que decida qué deporte quiere practicar independientemente de las cualidades que tenga para la gimnasia en este caso.
- Entender lo que su hijo/a quiere conseguir a través del deporte.
- Ayudar a establecer metas de rendimiento realistas.
- Ayudar a entender y valorar las “lecciones” que le ofrece su participación deportiva. En una temporada es positivo que se produzcan momentos “buenos” y “malos”, de manera que de cada uno se puedan extraer consecuencias beneficiosas y positivas. Entender el deporte como una “escuela de vida”.
- Ayudar a encontrar responsabilidades con el entrenador/a y con el equipo.
- Establecer pautas de comportamiento apropiadas cuando sea necesario.
- Dejar al niño/a a cargo del entrenador/a en los entrenamientos y competiciones.
- Ofrecer al entrenador/a información que concierne al estado del niños/a que será útil para interpretar el esfuerzo, manera de comportarse y rendimiento durante los entrenamientos.